viernes, 2 de septiembre de 2011

Cap. 4 (Perdona si te llamo amor, de Federico Moccia)

Las luces de la ciudad no alumbran. Cuando no estas de buen humor todo parece diferente, adquiere otra atmosfera. Colores, luces y sombras, una sonrisa que no logra esbozarse, que no aflora. Alessandro conduce despacio. Villaggio Olimpico, piazza Euclide, una vuelta entera, despues corso Francia. Mira a su alrededor. Una mirada al puente. Seran cabrones. Esta lleno de pintadas. Mira que ensuciarlo de esa manera. Y hay cada una que... ''Patata te amo'' ¿En nombre de que? En nombre del amor... El amor. Preguntadle a Elena por el amor. Eh, mister Amor, ¿Donde cojones te has metido?
Ve a una pareja enfrascada en una esquina del puente, alli donde no llega la luz de la luna. Abrazados, enamorados, enroscados como hiedras amorosas que plantan cara al tiempo, a los dias, a todo aquello que se llevara el viento. Es mas fuerte que Alessandro. Toca el claxon, abre la ventanilla y grita:
-¡Ridiculos! La vida os parece bella, ¿Eh? ¡Da igual, uno de los dos se rajará! - Y despues pisa el acelerador, sale como un rayo, adelanta a tres o cuatro coches y pasa el semaforo por los pelos, antes de que el ambar cambie a rojo. [...]

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